El cirujano del Perú antiguo: los restos óseos y herramientas de un experto en trepanaciones

 

Con las herramientas que acompañaron su quehacer diario en esta vida fueron encontrados los restos de un cirujano del antiguo Perú. Estos fueron descubiertos con casi medio centenar de cuchillos, leznas, agujas e hilos que, agrupados y dispuestos alrededor de su cuerpo, se mostraban como si esperaran que su dueño recupere sus fuerzas y los lleve consigo otra vez para sanar una afección, aliviar un dolor o redibujar una sonrisa. Este hallazgo realizado en la huaca Las Ventanas de Lambayeque, muestra alta cultura, pero, sobre todo, muchas destrezas humanas dedicadas al cuidado de otro.

Es fascinante, sin lugar a dudas, encontrar entre los restos óseos de un individuo, sus utensilios con los cuales realizaba sus actividades diarias, pero es conmovedor, saber que estas fueron las herramientas con las cuales se batía para ayudar a otro; recomponer un hueso roto, un tejido dañado, órgano o miembro del cuerpo de alguien o, simplemente, procurar el alivio del que sufre. El abundante y especializado conocimiento que se necesita para lograr rehabilitar un cuerpo afectado, operando con herramientas metálicas, usando alguna sustancia para minimizar el dolor, el control del flujo sanguíneo, etc., muestra, además, el arrojo y la seguridad de alguien que se siente capaz para ejecutar tales tareas, así como nos hace imaginar el esperanzado rostro del paciente y la de sus familiares que esperaban su recuperación.

El signo más evidente de civilización de un pueblo es, según Margaret Mead, el cuidado de un individuo que sufre algún problema de salud, como una fractura de hueso; porque, según la antropóloga, entre los animales, una rotura de hueso significa la muerte. De manera que, un hueso curado nos indica que alguien se dedicó a cuidar al afectado, usó sustancias medicinales, alivió su dolor, le alimentó, etc., para ayudarlo a recuperar su salud. Todos estos son signos inequívocos de civilización.

Los antiguos pobladores del ande son conocidos por sus grandes logros en muchos campos, pero son sus conocimientos en medicina los que asombran al mundo hasta el día de hoy. Los casos más celebrados son las trepanaciones craneales, las incrustaciones de metales en cráneos que, según las evidencias de cicatrización, parecen haber sanado. Los científicos de hoy, que conocen las complicaciones que conlleva una incrustación, no se explican cómo lograron superar, por ejemplo, la infección que se genera como respuesta del organismo a elementos extraños le son introducidos.

Estas herramientas que fueron encontradas, si bien no son tan finas como las cuchillas de obsidiana que utilizaron los paracas, muestran, sin duda, que poseían conocimientos avanzados sobre el funcionamiento del cuerpo humano, así como su afán dedicado al servicio del otro. El arqueólogo Carlos Elera señaló que se encontraron herramientas como una suerte de plancheta de metal junto a un tumi, del cual sabe que estaba ligado a los instrumentos quirúrgicos. También, cercanos a estos, estaban dos huesos frontales, uno de un adulto y otro de un joven. Se trata de frontales humanos modificados y cuidadosamente cortados bajo un criterio de trepanación. De todo esto, dedujo el especialista, que eran cuchillos especiales para cirugía”, subrayó.

Este cirujano vivió en el periodo Sicán Medio (900- 1050 años D.C.), sus restos se encontraron envueltos en un fardo bien elaborado, así como preparado para alguien respetado, venerado quizás, que dedicó su vida al bienestar de sus congéneres, pero, a pesar de sus luchas para mejorar o salvar la vida del otro, no pudo en su lucha contra el tiempo o alguna enfermedad que desconocía. Su cuerpo fue rodeado por sus herramientas para seguir haciendo lo que amó en el más allá. Aquí estamos nosotros asombrados de sus saberes, destrezas, de su humanidad. Este hallazgo es el primero de este tipo descubierto en esta norteña región.

Los restos del cirujano fueron hallados por especialistas del Museo Nacional Sicán en la necrópolis sur del Templo Mausoleo de la huaca Las Ventanas, en el Santuario Histórico Bosque de Pómac, ubicado en la provincia de Ferreñafe de la región Lambayeque, al norte del Perú. El director del Museo Nacional Sicán, Carlos Elera Arévalo, informó que este descubrimiento corresponde a las investigaciones arqueológicas iniciadas entre los años 2010-2011 en dicha necrópolis.

“Este personaje es de afiliación cultural Sicán Medio. Se trata de un fardo funerario con una máscara dorada y pigmentada con cinabrio, así como un pectoral y una suerte de unco con placas de cobre y un depilador de oro y debajo del unco había una botella de doble pico y asa puente con un personaje que representa al huaco Rey. Así como, cuencos de cobre dorado y allí es donde se halló aparte, un tumi con una suerte de esfera de yeso para cubrir los hilos cortantes como un sbracillodo. Lo más interesante fue el conjunto de leznas, agujas y cuchillos donde algunos tenían un lado de filo cortante y el otro no, varían los tamaños y algunos con mango de madera”, detalló Carlos Elera a la Agencia Andina.

DennisDavidDP, Ciencias.pe: elaborado con información de Agencia Andina