Paul S. Goldstein del Departamento de Antropologia de Universidad de California, sostiene en un extenso artículo, que una de las características de la sociedad Tiahuanaco fue su multietnicidad.
La civilización Tiahuanaco (AD 600-1000), según el autor, es un ejemplo de una sociedad antigua regida por un estado que logró un desarrollo político y expansión regional compleja, que mantuvo una estructura social profundamente multiétnica en el largo plazo. En el altiplano, en la región central de los andes, al sur de la cuenca del lago Titicaca, a 3.827 m sobre el nivel del mar, nació una de las grandes civilizaciones del mundo antiguo.
Lograron construir obras públicas sin precedentes a escala urbana dentro de un complejo paisaje de campos elevados resistentes a las heladas; sus artes y artesanía impresionaron más tarde a incas y españoles, así como desarrollaron un sistema iconográfico elaborado que ayudó a difundir una ideología de estado compartido, señala.
Esta antigua civilización ha sido analizada comparándola con las sociedades antiguos y, los autores han logrado diversas interpretaciones respecto a su sistema políticos bien sea centralizado o faccionado. Sin embargo, todos coinciden en que la cultura Tiahuanaco era étnicamente diversa, internamente heterogénea, pluralista y duradera.
La multietnicidad de Tiahuanaco muestra que la coexistencia de diversas poblaciones étnicas, el mantenimiento de fuertes identidades corporativas a través de múltiples generaciones, era esencial para el éxito de un estado andino. De hecho, el poder del Estado Tiahuanaco floreció en el contexto de una cultura compartida que era étnicamente diversa.
Los colonos de Tiahuanaco podrían coexistir con un enclave Wari porque la propia colonización era multiétnica, integrado por diversos segmentos sociales acostumbrados a mantener la independencia y la autonomía, afirma el autor.
Tal vez, indica, la clave para el éxito y la longevidad de algunos estados antiguos yacía en sus normas multiescalares de multietnicidad. Los colonos de los estados andinos llevaron a las nuevas tierras un conjunto de herramientas especialmente refinadas para la negociación y celebración de la diferencia social, concluye.
El artículo fue publicado en Proceedings of the National Academy of Sciences of the United States of America, PNAS.