Kotosh un monumento arqueológico de fantasía

Una visita a la ciudad de Huánuco no podría llamarse completa o satisfactoria si no se visita el Monumento Arqueológico Kotosh. Una reliquia del antigüo Perú que presenta vestigios de una misteriosa cultura que la empresa turística supo llenar de fantasía.

Reseña tomada del museo de sitio

“Kotosh” significa “Montón de piedras” en quechua, y debe su nombre a que el sitio se localiza alrededor de dos montículos pétreos de diferentes tamaños. Fue ubicado inicialmente en 1935 por Julio César Tello, cuando hizo una exploración de sitios arqueológicos localizados en el delta del Huallaga.

En 1958 el Programa de Investigaciones Andinas de la Universidad de Tokio, Japón, tras una exploración preliminar de 240 sitios en los Andes del Perú, Ecuador, Bolivia y Chile, decidió que dos lugares entre todos demostraron ser de especial interés: Kotosh en Huánuco y Garbanzal en Tumbes.

Así, entre julio y octubre de 1060 se realizaron las primeras excavaciones en Kotosh, conducidas por Seiichi Izumi. Pronto descubrieron que las estructuras arquitectónicas estaban superpuestas una sobre otra, lo cual dificultó determinar con exactitud sus dimensiones y características. No obstante, lograron recuperar casi 10 toneladas de cerámica, la mayoría en fragmentos – sólo 16 vasijas se hallaron en buen estado- y determinaron la traza y características de varios edificios, entre ellos el Templo de las Manos Cruzadas.

Los restos arquelógicos de Kotosh datan de hace más de 4,000 años. Cronológicamente se ubican a fines del Arcaico y abarcan prácticamente todo el Formativo.

Los arqueólogos llaman Periodo Arcaico al lapso comprendido entre las primeras ocupaciones humanas y la aparición de la cerámica. Es una etapa de aprendizaje y adaptación humana al medio ambiente. El Periodo Formativo se inicia con el descubrimiento de la cerámica y significa el inicio de la Alta Cultura en el Perú, con un creciente desarrollo e innovaciones en las tecnologías de producción.

Para determinar la separación entre estos períodos era fundamental la presencia de la cerámica. El descubrimiento de Kotosh demostró, sin embargo, que varios siglos antes de elaborar cerámica ya existían comunidades organizadas con un fuerte sentido religioso, capaces de construir estructuras arquitectónicas complejas.

En Kotosh se han identificado seis secuencias cronológicas: Mito, Waira-jirca, Kotosh, Kotosh, Chavín, Sajara-patac, e Higueras.

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Visita al sitio

Llegué casi arrastrado por la memoria de su famoso templo de las Manos Cruzadas y me encontré con un museo de sitio con más evidencias del descuido gubernamental que del pueblo que vivió en esa tierra: su museo está lleno de réplicas.

Hasta las famosas Manos Cruzadas son réplicas. Me decepcioné saber que la única original que queda está en un museo limeño. La otra se perdió, se destruyó dicen algunos; otros sospechan que debe estar en alguna colección privada en el Japón o algún otro lugar del mundo.

Una misteriosa piedra magnética

Salvó la visita y me devolvió el misterio una piedra circular que se encuentra en la entrada del sitio. Esta piedra tiene la capacidad de distorsionar las ondas sonoras; hacen que la voz resuene en la propia cabeza y amplifica la de un interlocutor. Los visitantes se paran en ella para recibir, según dicen, las energías positivas.

¿Qué contiene esta piedra? Nadie sabe son certeza. Sin embargo, es evidente que posee una fuerza magnética poderosa capaz de manisfestarse de manera inmediata en el visitante que se pare sobre ella.